
En 1985, el doctor Eaton publicó un artículo científico revolucionario titulado “Paleolithic Nutrition” en la prestigiosa New England Journal of Medicine, en el que sugería que la dieta ideal se encuentra en las prácticas nutricionales de nuestros antepasados de la Edad de Piedra. Hace 500 generaciones (y los dos millones y medio de años antes de esto) todos los seres humanos comían de esta manera.
La revolución agrícola comenzó hace 10.000 años. No es nada si lo comparamos con los 2 millones y medio de años que los seres humanos han vivido en la tierra. Hasta ese entonces, todas las personas del planeta comían carnes magras, frutas y verduras frescas. Con la excepción tal vez de unas cuantas tribus pequeñas de Sudamérica y unas pocas de Islas Andamán, en el golfo de Bengala, los cazadores – recolectores puros han desaparecido de la faz de la Tierra.
Las investigaciones de historiadores y antropólogos sugieren que nuestros antepasados eran personas muy sanas, sin eventos cardiovasculares y otras enfermedades epidémicas de países occidentales. Casi sin excepción, las descripciones que hacen de los cazadores indican que estas personas estaban en buena forma física, eran sanas, fuertes y vivaces.
Al analizar el ADN, se indica que en 40.000 años los humanos no hemos cambiado casi nada genéticamente (en menos del 0.02%) y esto significa que la constitución genética de la gente del Paleolítico tenía una constitución genética prácticamente idéntica a la nuestra.
Entonces, ¿en qué difería la dieta de nuestros antepasados, anterior a la aparición de la agricultura y la ganadera?:
· No consumían lácteos
· No consumían cereales
· No salaban los alimentos
· La única fuente de azúcar era la miel, si tenían suerte de encontrarla.
· La carne magra de animales salvajes dominaba la dieta
· Prácticamente todos los carbohidratos que consumían provenían de frutas y verduras silvestres. Por lo tanto, el consumo de fibra era muy elevado.
· Las principales grasas eran sanas: monoinsaturadas, poliinsaturadas y omega – 3.
Lo que quizás se puede criticar a esta dieta es que, al ser anterior al descubrimiento de la agricultura, la misma no incluye un grupo de alimentos importantísimo, que hoy en día sabemos que aportan muchísimos beneficios para nuestra salud por ser abundante en nutrientes como proteínas, hierro, magnesio, calcio, zinc y fibra, entre otras. Éstas son las LEGUMBRES. (Recomiendo leer la nota “Beneficios de las legumbres: salud y planeta”)
Por otro lado, es importante destacar que nuestros hábitos y costumbres distan mucho de ser iguales a nuestros antepasados. Ellos, quizás, tenían que hacer largas caminatas y búsquedas de alimentos por horas, mientras que nosotros sólo tenemos que levantarnos e ir buscar una fruta, o cualquier alimento, directo a la heladera.
Referencias:
Cordain Loren “La dieta paleolítica” 4ta edición. Ed. Urano.
Paleolithic Nutrition. New England Journal of Medicine.
Is a Paleolithic Age Diet an Optimal Diet for Modern Human Beings? Lauren McClure, University of Massachusetts Medical School.
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