
¿Qué debemos tener en cuenta aquellos días en los que hay altas temperaturas, desde el punto de vista de la nutrición para evitar deshidratación, baja presión y/o malestar digestivo?
Hidratarnos con agua fresca durante todo el día.
Utilizar botellas recargables, preferentemente metálicas ya que mantienen la temperatura fresca del agua por mucho tiempo.
Consumir alimentos frescos con gran porcentaje de agua: frutas y vegetales, los cuáles contribuyen a la hidratación.
Evitar consumo de alimentos que lleven mucho trabajo de digestión como frituras, aquellos con mucho contenido de grasas, platos calientes como sopas, guisos.
Evitar consumo de alimentos fuera de casa que por las altas temperaturas y una errónea aplicación de métodos de conservación y/o bromatología hayan podido perder su vida útil (sándwiches no refrigerados, tartas/empanadas no refrigeradas, aderezos a temperatura ambiente, carnes de todo tipo).
Para la realización de actividad física preferir los horarios con menor temperatura y menor exposición al sol.
A modo de resumen, lo ideal es aportar agua fresca durante todo el día, mayormente frutas y/o vegetales en todas las comidas, legumbres, cereales integrales en platos frescos, fríos y livianos, alimentos de origen animal preparados en casa y/o lugares de confianza.
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